¡Hola a todos! Llevo un tiempo pensando hacer esta entrada,
de hecho quería que fuera una de las primeras del blog, pero al final terminé creyendo
que no sería necesario… ¡error!
Se trata de una pequeña nota sobre el libro electrónico y es
decir, básicamente, que no tengo. Nunca pensé que para tener un blog lo
necesitase porque dispongo de una buena
colección de libros en papel y además soy usuaria habitual de la biblioteca
(voy una o dos veces por semana), así que como lectora nunca lo he necesitado,
ni siquiera sé si simpatizo con él o no, pues soy una tradicional del papel.
El problema surgió a raíz de dos libros que me recomendaron y únicamente estaban en formato electrónico.
De uno de ellos, El destino del incorpóreo,
al tratarse de un libro breve pude hacer un esfuerzo y leerlo en el ordenador,
pero también tenía (y sigo teniendo) Río
de Luz, que al ser una obra de una extensión considerable me he visto
obligada a posponer porque me resulta imposible leer tanto en la pantalla.
Así pues tengo dos opciones: o dejar de lado a todos
aquellos autores que se autoeditan y venden sus obras en Amazon y plataformas similares
o hacerme con un libro electrónico. Evidentemente prefiero la segunda opción
pero claro, ahora mismo no tengo trabajo por lo que mi nivel de ingresos está
bajo mínimos, ya sea para libros en formato papel como para uno electrónico (¡vivan
las bibliotecas!).
En definitiva, pido disculpas a todas aquellas personas que
están esperando la reseña de Río de Luz,
en especial a su autor, y a aquellas personas que deseen recomendarme su obra
digital… lo siento mucho pero de momento no podrá ser, en el momento en el que
pueda adquirir o disponga de un libro electrónico os lo haré saber, pero hasta
ese momento no puedo aceptar más propuestas digitales por mi propio bien.
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